EMPRESAS

Actualmente prestamos servicios fijos de asesoramiento a clientes que han venido padeciendo la última década, asesorándoles en los momentos más duros como en los de resurgimiento, como es el actual de todos ellos.

García Ruiz ABOGADOS presta un servicio jurídico integral a la empresa a lo largo de toda su vida: desde su constitución, adquisición y enajenación hasta su disolución, liquidación o fusión, interviniendo en todos los hechos jurídicos de la misma mediante la asistencia, asesoramiento y representación.

Como ya se ha dicho, los potenciales clientes de García Ruiz ABOGADOS son las pequeñas y medianas empresas, aquéllas que no precisan de una asesoría jurídica propia pero que no por ello dejan de requerir un asesoramiento “día a día” (en todas su relaciones comerciales, profesionales o laborales) y que, con carácter excepcional, se encuentran en la tesitura de tener que reclamar judicialmente frente a terceros o que ven cómo son ellos los que resultan demandados.

Por lo que respecta al funcionamiento interno de las compañías mercantiles, en García Ruiz ABOGADOS también orientamos a los órganos de administración, ofreciendo un servicio de asesoramiento integral de la secretaría de consejo.

Dentro del llamado “asesoramiento interno” de las sociedades, se encuentra la relación de éstas con sus empleados, ámbito en el que ofrecemos un asesoramiento íntegro de las mismas, tendente a evitar conflictos con los trabajadores y, una vez originados éstos, la defensa de los intereses de la empresa ante la Jurisdicción Social.

Puede darse el caso, por otra parte, de que sean los propios Órganos Sociales los que se vean en la necesidad de denunciar la comisión de hechos delictivos de los que hayan sido víctimas (por la comisión de delitos económicos contra su patrimonio, por ejemplo) circunstancias en las que también intervenimos con una notable discreción y eficacia.

En cuanto a las relaciones de las sociedades con terceros, nuestro asesoramiento no se ciñe exclusivamente a la resolución de los conflictos que puedan surgir, sino también a su prevención y/o evitación. Un medio idóneo para ello es la redacción de contratos mercantiles que plasmen las concretas intenciones y prestaciones de las partes intervinientes, así como una negociación de los mismos que se adecue a sus necesidades y expectativas.